Capítulo 8: Amistades peligrosas
Tras el altercado en la casa y la unión
de la sacerdotisa, el grupo partió hacia la torre del a Orden Hogo
Suru. Un par de días mas les bastó para llegar al gran torreón,
donde corrieron a refugiarse ya que estaban agotados.
Mikashi sentia mucho respeto por volver
a su antiguo hogar y Okimi se limitaba a segur al grupo a pesar de
que ella odiaba la Ordenes del Cielo por sus extremas formas de
actuar frente el problema de los Jigoku.
Nakaru corrió a la gigantesca puerta y
la golpeó repetidamente mientras gritaba desesperado por llevarse
algo a la boca y tener una cama donde dormir, pero Mikashi lo agarró
de sus ropajes por detrás y lo apartó de un empujón bajo una
mirada seria y puso su mano sobre la puerta.
-¡Oye! ¡Mika, no abren!
-No seas impertinente Nakaru, dejámelo
a mi...Yo se manejarme con esta gente...
-¿Pero Mika, que haces con la mano
puesta ahí? -Se preguntaba Taka.
-Ésta puerta sólo responde ante la
presencia de un Sora Sekai...¡Ábrete! ¡¡¡TENGOKU NO MON!!! (
Puerta del Cielo )