Capítulo 2:
Los sueños hablaron
Nuestros protagonistas se encontraron
con un extraño ser, era pequeño, parecía de agua o de algo
líquido aunque que tenia una forma de masa redondeada con un
tirabuzón en la punta, también tenía ojos, era bastante extraño.
Sin entender que hacia semejante
criatura delante de ellos, Nakaru y Mikashi se preguntaron qué
clase de bicho era y le gritaron que se marchara, mientras tanto Taka permanecía
temblorosa detrás de su querido protector.
La criatura se fijó en ella y dando
pequeños saltos se fue acercando al grupo. Los chicos empuñaban
cada vez mas fuerte sus armas aunque no podían evitar estar
nerviosos por estar viendo un animal tan extraño. De pronto Taka se
relajó y se acercó lentamente al animal, que de un bote subió a la
palma de su mano y se acomodó como si se encontrase en una cálida cama. Justo después, cerró los ojos y se quedó dormido.
Ninguno daba crédito a lo que estaba
ocurriendo salvo Taka, que reía al sentir el tacto extraño del
animal, era escurridizo, blando y de color azul translúcido, parecía
ser un cúmulo acuoso viviente.
-¡Taka! ¡Suelta eso ahora mismo! Puede
ser peligroso. –Gritaba su hermano.
-¡Tranquilos! ¡Creo que le gusto! Y no me
parece peligroso. ¡Es una monada! ¡ME LO QUEDO!
-¡NO! ¡No puedes ir adoptando animales
del bosque como si nada! ¿Crees que la abuela lo aceptaría?
-Por favor, sé coherente Taka, no
puede venir con nosotros. No sabemos ni qué es. -Dijo Mikashi de
forma apacible.
-Bueno, haremos una cosa, no quiero
abandonarlo. Dejad que pase ésta noche conmigo y por la mañana lo
despertaremos y veremos como reacciona, después lo llevaremos al
guarda bosques del pueblo para que nos diga lo que es. -Contestó
Taka con gran determinación.
-Bien. Por el momento salgamos de aquí,
podrían venir mas lobos o animales peores.
-¡Si, tengo hambre y sueño! Aunque me
da más miedo la abuela que los animales de éste bosque.
Taka guardó con cuidado al animal en
el bolso en el que había guardado los materiales de su abuela y el
grupo se apresuró a volver al pueblo Ayihe. Durante la huida se
toparon con algunos lobos más, pero fueron eliminados rápidamente por
el Kusarigama de Nakaru y la Katana de Mikashi.
Llegaron al pueblo bien entrada la
noche. Fueron directos a la cama vigilando que la abuela no los
escuchara entrar, ella estaba dormida como un tronco. Al amanecer, la
abuela despertó y fue directa al cuarto de los chicos rompiendo la
puerta de una patada, estaba enfurecida.
-¡MOCOSOS! ¡IDIOTAS! ¿QUÉ HICISTEIS? ¿Y
DONDE ESTÁ TAKA? ¿Y MI NIETA? -Gritaba la abuela mientras daba golpes
de cucharón a los chicos.
Al parecer Taka no estaba en la
habitación de la abuela cuando ella despertó. Sin decir ni una
palabra los chicos salieron corriendo de la casa dejando sola a la
iracunda abuela.
-¡Mika! ¿Donde crees que estará mi
hermana?
-¡No lo se! Primero preguntaremos al
guarda bosques del pueblo, aunque no me ha gustado dejar así a la
abuela, ella está preocupada por su nieta...Soy
despreciable...Debería...
-¡Cállate ya y vamos a buscar a Taka!
El grupo fue directo a la cabaña del
guarda bosques a las afueras del pueblo. Él les dijo que no había
visto a Taka, así que se separaron para buscar por el pueblo.
Nakaru fue a la biblioteca y a la zona
comercial, mientras que Mikashi rodeó las afueras del pueblo.
Él no dejaba de pensar en lo que
escuchó en el pueblo el día anterior sobre el Hada y pensaba que
podría ser ese bicho. En un instante de lucidez pensó que al ser
algo parecido al agua, podría estar cerca del río del pueblo, así
que se dirigió hacia allí.
Al llegar sus sospechas se confirmaron.
Allí se encontraba Taka, sentada en unas rocas junto al río y
sosteniendo al animal en sus manos, parecía hablar con él.
-¡TAKA! ¡ESTÁS AQUÍ! -Gritaba Mikashi
aliviado.
-¡Mika! ¡Has venido!
-¡Si! ¿Pero por que te has escapado?
-A sido Rinki-Rinki, ella me a traído
hasta aquí para contármelo todo.
-¿Como? ¿Ese bicho habla?
-¡Rinki! ¡Rinki! -Decía el animal
mientras saltaba feliz en las manos de la niña.
-¡No seas bruto! ¡No es un animal! ¡Es un
Hada!
-¿Un Hada? Rinki...¿Qué?
-¡Si! Me ha contado que viene de muy lejos, buscaba a alguien pero se perdió! ¡Ahora yo cuidaré de ella!
-¿Así que fue eso? -Murmuraba Mikashi
mientras recordaba la conversación del hombre borracho.
Los dos se disponían a volver al
pueblo junto al Hada, pero cuando Mikashi estaba de espaldas observándola recibió un golpe que le noqueó al instante. Se
trataba de un grupo de bandidos que merodeaban la zona y habían
escuchado la conversación.
-¡Así se hace! Ahora nos
llevaremos esa preciada Hada. ¡Seguro que vale una fortuna! -Decía
uno de los bandidos mientras sujetaba con fuerza a la niña y le
tapaba la boca.
-¿Y shi esh un Hada que conshede desheos hermano Jiro?
-¡Makao, tonto! ¡Las Hadas no conceden
deseos! ¡Son los Duendes!
-¡Oh shi! Shon losh Duendesh hermano Jiro.
-Antes de nada habrá que acabar con el
chico. A la niña la podremos usar de rehén o venderla.
-¡Pero hermano Jiro! ¿Donde eshtá ésha Hada?
De pronto un cúmulo de agua se elevó
desde dentro del río. El agua empezó a moldearse y a girar formando
un torbellino que se lanzó sobre uno de los bandidos provocando tal
impacto que mandó al hombre a más de 10 metros y lo hizo aterrizar
en le rió, donde la corriente lo arrastró lejos.
El bandido restante saco un cuchillo y
se lo puso a Taka en el cuello mientras miraba horrorizado y
tembloroso al torbellino, pero antes de que pudiera hacer nada el
cúmulo frenó en seco y se abalanzó sobre el enemigo en forma de
varios tentáculos que inmovilizaron y desarmaron al bandido, soltando
así a Taka.
El hombre estaba muerto de miedo,
sudoroso, incluso se orinó encima al ver como el cúmulo que le
había apresado se concentraba delante de él formando una figura
semejante a la de una mujer que le miraba con una expresión
enfadada. En ese momento volvió a cambiar de forma y se convirtió
en un martillo gigante que golpeó al individuo mandándolo también río abajo.
Tras la lucha, el Hada volvió a su
diminuta forma, saltó a la mano de Taka y se volvió a dormir.
Ella tardó en reaccionar ya que lo que
acababa de presenciar era asombroso. Poco después logró despertar a
Mikashi y le explicó lo sucedido. En cuanto los dos se sintieron
recompuestos, volvieron al pueblo.
-¡TAKA! ¡ESTÁS BIEN!
-¡Abuela! ¡Nakaru! ¡Estoy bien!
-¿Donde está el Hada? ¡Tengo que hablar
con ella! -Balbuceaba la abuela Kutomi mientras tocaba sin parar la
cara de la pequeña para comprobar que estaba entera.
-¿Como sabes lo del Hada? ¿Te lo ha
contado Nakaru?
-¡No! ¡Los sueños me han hablado esta
noche! Sé todo lo que pasó ayer. De eso hablaremos en otro momento, pero tengo
que hablar con ella o...¡PODRÍAMOS MORIR TODOS!
CONTINUARÁ
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