Capitulo 1: El Festival y el Hada
Estamos en un mundo dominado por cuatro dioses, donde unos pocos elegidos han nacido bajo sus marcas para librar la batalla definitiva entre el bien y el mal. Nos encontramos en el año 628 Después
de la Creación, en el pueblo de Ayihe, una villa de la región de
Chia, donde Nakaru, un joven con grandes aspiraciones entrena junto a
Mikashi, su amigo e instructor.
-¡Bien Nakaru, así se hace!
-¡Vamos Mikashi, aun no tengo
suficiente! Allá voy otra vez!
-¡No te animes tanto, chico, hay que
saber medir las energías en cada momento!
-¡No seas aburrido Mika! ¿Es que ya te has
cansado de entrenar?
Los jóvenes siguieron entrenando
durante toda la tarde, hasta que Taka, la hermana pequeña de Nakaru,
saltó al tatami para anunciar que la cena estaba lista, frenando en
seco el ataque de ambos.
Cuando los tres llegaron a la casa, se
encontraron una mesa con cuatro cuencos de estofado que olían de
maravilla, pero antes de poder avanzar más, de la nada apareció un
gran cucharón de madera que como un rayo atizó la cabeza de Nakaru y
Mikashi.
Se trataba de la enfurecida abuela de
Nakaru y Taka, que además era Sacerdotisa de Ayihe.
-¿Que horas son éstas de llegar? ¿Cuantas veces os e dicho que aquí no quiero violencia?
-Lo sentimos abuela Kutomi, solo
estábamos jugando -Murmuró Nakaru mientras se tocaba el chichón.
-Pero señora Kutomi, si él quiere
convertirse en Cazador de Jigoku deberá entrenar duro, aunque a mi
tampoco me guste el uso de la violencia...
-¡Ni una palabra mas! ¡A comer o recibiréis otro golpe de cucharón!
Y rápidamente los tres tomaron asiento
y comieron en el mas absoluto de los silencios mientras la abuela los
observaba con cara de malas pulgas.
Al terminar todos fueron a dormir
excepto la abuela, que se quedó en el templo orando.
A la mañana siguiente, Taka, que ya
llevaba levantada un buen rato para hacer tareas del hogar, despertó
al resto.
-Hermanito...Hermanito...¡Despierta! ¡NAKARU!
-Taka...por favor, cinco minutitos mas...
-Ni hablar. ¡Tengo una gran noticia!
-Buenos días pequeña. ¿Has dormido bien?
-¡Hola Mika! Si, hoy soñé contigo, yo estaba en una torre y tú vencías a un dragón y...
-¿Como? -Dijo Mikashi con cara de
asombro.
-Eh...Nada nada! Cosas mías! Jejeje....
- Sonreía la niña mientras se sonrojaba.
-Bueno hermanita, cual es esa gran
noticia? -Decía Nakaru soñoliento mientras se le cerraban los
ojos.
-¡Oh si! Nos vamos de aventuras! La
abuela necesita unos materiales para sus rezos y rituales en el
templo y quiere que vayamos a por ellos al pueblo Kiyai. ¿No es
genial?
-¡No! Genial no es la palabra que se me
ocurre... -Decía Nakaru entre quejas.
-Perfecto, estaremos listos en unos
minutos. Por cierto Taka ¿Has dicho que vas a venir con nosotros?
-¡Si! Me lo a pedido la abuela, para
teneros vigilados y que volváis pronto. ¡Seré vuestra jefa!
Los dos se preparaban para
salir mientras Taka no dejaba de darles ordenes, se sentía en su rol
mas cómodo, le encantaba mandar.
Ella aprovechó para usar un poco del maquillaje de la abuela y ponerse guapa para Mikashi ya que iba a ser la primera
vez que salían juntos, o al menos ella se lo tomaba como una especie
de cita.
Al rato salieron de la casa y partieron
hacia el pueblo de Kiyai, que estaba a varios kilómetros de
distancia y para llegar debían atravesar caminos, bosques y ríos.
Tras un par de horas llegaron a Kiyai.
Antes de comprar los materiales rituales decidieron pasear un rato
por el pueblo, tentados por el Festival del Kimono que se celebraba
esos días allí, una fiesta popular en la que los sastres del pueblo
exhibían sus mejores creaciones y se hacían bailes, mercados y
fiestas durante todo el día.
Durante el festival Taka compró con sus ahorros un kimono ornamental rebajado de precio en uno de los tenderetes. Mientras Nakaru ayudaba a su hermana a ponerse su nuevo vestido, Mikashi escuchó una
conversación entre unos pueblerinos algo alborotados.
-¡Entonces lo vi, era real!
-¡Pero eso es imposible Asakawa! No
puede ser verdad. ¡Seguro que estabas borracho!
-¡Eso! Siempre estás bebiendo sake por
ahí solo. No me extrañaría que vieras cualquier otra cosa...¿Y si era un simple conejo?
-¡No! ¡No! ¡Digo la verdad! ¡Vi un Hada! ¡Me
habló! ¡Me dijo que buscaba a alguien!
-¡Cierra el pico y vuelve a casa! -Dijo
la gente mientras dejaban solo al pobre hombre.
A Mikashi le extrañó la conversación. Instantes después reaccionó y cayó en que debían
volver a casa ya que como siempre, se les había pasado el tiempo
volando y si dejaban pasar más, oscurecería a mitad de camino,
además, en casa ya les iba a caer una buena charla con la abuela
Kutomi esperándoles, cucharón en mano.
Tras los gruñidos y lamentaciones
propias de Mikashi por haber hecho mal su trabajo partieron de vuelta
a Ayihe, pero como era de esperar, oscureció justo cuando el grupo se encontraban en mitad de un bosque.
-¡Ui que miedo! ¡MIKA! -
Gritaba Taka mientras se aferraba a Mikashi.
-Hermanita, eres una miedica. ¡Si no pasa
nada! ¿Que nos puede atacar? ¿Un tierno conejo?
-Insensato, los conejos salen de día,
pero de noche aparecen los hambrientos lobos...
-¡Pues será mejor que estemos
preparados! -Decía Nakaru mientras tragaba silaba y agarraba con
fuerza su Kusarigama.
Los sonidos extraños empezaron a
inundar los oídos del grupo, no sabían de que parte del bosque
provenían, hasta que Taka gritó y alertó de la aparición de un
fiero lobo dispuesto a comer esa noche.
Dos lobos mas aparecieron, entonces
Mikashi desenvainó su Katana y se preparó para la batalla.
Nakaru hizo lo mismo con su Kusarigama
mientras Taka se escondía detrás del espadachín.
El primer lobo atacó a Nakaru, pero él le esquivó con facilidad y contraatacó ondeando la cadena de
su Kusarigama hasta hacer caer la cuchilla de la punta sobre el
desprevenido lobo. Quedaban dos.
En el caso de Mikashi él tomó la
iniciativa y se abalanzó sobre los animales cortándolos rápidamente
con tan solo dos limpios movimientos.
-Eran más débiles de lo que
parecían. -Alardeaba Nakaru.
-¡Idiota! Teníamos que haber llegado a
casa hace horas...Soy despreciable...Estoy defraudando a todo el
mundo...Creo que debería hacerme el arakiri...¿Y si me
reencarno?...Debería reencarnarme en un gusano... ¡Si! ¡En un
asqueroso gusano!...
-Chicos...¿Que es eso? -Preguntó Taka
asustada a la vez que sorprendida.
Algo apareció de entre las
sombras. Nakaru y Mikashi se pusieron en guardia ante la posible
amenaza.
-¡Rinki!...¡Rinki!
CONTINUARÁ
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Nooooo, rinki rinki noooooo, esta muy bien la verdad, mola mucho
ResponderEliminarShiiii! Rinki.Rinki!!!! Ya verás como mola mucho! ^^
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