Capítulo 6: Divina herramienta
El grupo se alejó de la fortaleza
mientras hablaban sobre lo que pasó en Ayihe. Entonces Taka recordó
que durante la pelea la abuela Kutomi se puso a hablar con
Rinki-Rinki, así que decidieron parar y despertar al Hada para saber
qué le había dicho.
Cuando la niña logró despertarla y
hablarle de ello, saltó de las manos de Taka y adoptó la forma de
la anciana, dejando al resto asombrados.
-Mis nietos...Cuidaos mucho...Taka,
espero que algún día te conviertas en una mujer de bien...Nakaru,
persigue tus sueños...Mikashi, escuchame bien...¡ Prométeme que pase lo que pase estarás del bando de mis nietos y los protegerás! ¿Me
entendiste? ¡PASE LO QUE PASE!
Y Rinki-Rinki volvió a su forma, saltó
de nuevo sobre Taka y se durmió. Al parecer la abuela pidió al Hada
que les comunicara ése mensaje después de llevárselos
lejos. El mensaje les resultaba confuso al a vez que triste.
¿Para qué molestarse en hacer eso sólo para decirles lo
que ya sabían? Mikashi no paraba de dar vueltas a lo que la abuela
le quiso decir con “pase lo que pase” ¿Sería que la abuela vio
algo mas en sus sueños?
Tras escuchar el misterioso mensaje y
orar por la memoria de la abuela, el grupo necesitaba decidir qué sería lo
próximo que raían.
-¡Deberíamos ir a por ése maldito
Jigoku! -Gritaba Nakaru con frustración.
-¡Pero hermano! Casi os matan a los
dos...Si no fuera por la abuela y por Rinki-Rinki...No habríamos
sobrevivido...
-Pues lo más sensato será avisar a
los Hogo Suru. Ellos podrán ayudarnos a dar caza al
demonio, así podremos volver a nuestro hogar. -Decía
Mikashi con cara de resignación.
-Es cierto, no recordaba que tu
provenías de ésta región...¡Pero Mika! ¡Esa fue la orden de
guerreros que te rechazó y estuvo a punto de matarte el año pasado!
-¡Lo se! ¡Pero no tenemos otra
alternativa! ¡Es una de las Ordenes del Cielo con más renombre y es
la más cercana! ¡Además, allí podrás convertirte
en un verdadero cazador de Jigoku!
-¿Estás seguro de ello Mika?
-Preguntó Taka.
¡Claro que si, no puedo permitir que
mi pasado nuble mi futuro! En ese caso me haría le arakiri y me
reencarnaría en un apestoso gusano...
Guiados por Mikashi, el grupo marchó
rumbo a la torre de la orden Hogo Suru, unas de las siete Ordenes del
Cielo encargadas de dar caza a los nacidos bajo la marca del
infierno.
Pasaron unas horas hasta que llegaron a
una pequeña granja donde descansaron escondidos entre la paja del
almacén. Pasada la noche y recuperadas las fuerzas prosiguieron el
camino.
-¡Mika! ¿Seguro que sabes por donde
vas? -Preguntó Taka, aburrida.
-Si...Aunque hace tiempo que no vengo
por aquí, reconozco muchos sitios de la región de Wakane ya que
cuando era niño me perdía en sus bosques y...
-¡Vamos Mika! ¡A nadie le interesan
tus aburridas historias de anciano! ¡Yo tengo hambre!
De pronto una flecha impactó en la
manga de Mikashi clavando-lo en un árbol cercano. Seguidamente tres
flechas mas impactaron sobre sus ropajes apresándolo fuertemente al
árbol mientras él miraba hacia los lados con una cómica cara de
sorpresa y Taka corría a salvaguardarse detrás de su hermano, que
rápidamente agarró su arma y se puso en guardia.
-¡Fuera de aquí! ¡No sois
bienvenidos al templo de Umi! ¡ Ella os castigará usándome a mí
como divina herramienta! -Gritó una voz de mujer joven.
¡Oye! ¡Que no queremos nada de ti!
¡Tan sólo estamos buscando la Orden Hogo Suru! -Gritó Nakaru con
frustración mientras intentaba averiguar de donde provenía esa voz.
-¿Con que pertenecéis a ésa maldita
Orden de bárbaros? Bien...¡Vosotros lo habéis querido!
De entre los arboles bajó de un salto
una bella mujer con un Kimono, pero éste era diferente, la falda era
mucho mas corta de lo normal, también le faltaba una de las mangas,
que dejaba ver en su hombro la marca del mar, además, en su mano
portaba un gran arco de madera y en la parte baja de su espalda un
gran carcaj cargado de grandes flechas.
La chica apuntó directamente a Nakaru,
que se lanzó hacia ella. El chico corría a toda velocidad mientras
ella le disparó tres flechas. Él las esquivó pero impactaron
en las ropas de Mikashi, apresándolo más aún al árbol. La joven
retrocedió con un gran salto para esquivar el ataque de Nakaru y en
el aire empezó a orar mientras su marca brillaba intensamente y
apuntaba al chico.
-Diosa Umi...Úsame para proteger el
mundo...¡¡¡AKAIKA!!! ( Flecha del Mar )
-¿Uh?...¿Eres tu? ¡OKIMI! -Gritó
Mikashi cuando por fin pudo ver a la joven.
La flecha con la que apuntaba a Nakaru
se transformó en una especie de serpiente de agua que lanzó
rápidamente. Justo antes de que la flecha impactara sobre el chico un escudo de agua se formó delante de él y absorbió el ataque. Se
trataba de Rinki-Rinki, que volvió a su forma original y saltó a
los brazos de la joven, que miró al Hada felizmente sorprendida.
-¿TU? ¿Finalmente has escuchado mi
voz? -Decía la joven mientras abrazaba llorosa al Hada.
-¡OKIMI! ¡Has crecido mucho en un
año! -Gritó Mikashi mientras se sacaba rápidamente las flechas de
su ropa y se despegaba del árbol.
-¿Conoces a ésta mujer Mika? -Se
preguntó Nakaru.
-¡Sí! Ésta chica...
Sin darle tiempo a terminar de hablar
la joven dejó al Hada en el suelo y saltó a los brazos de Mikashi, entonces empezó a llorar de forma
desconsolada.
-¡Moritaka! ¡Estás vivo!
-Si Okimi...Siento que pensaras que
había muerto... -Le susurró Mikashi a la joven con los ojos
empañados.
-¡OYE! ¡Deja de abrazar a Mika así o
te las verás conmigo, mojigata! -Gritó Taka mientras tiraba de la
chica para separarla de Mikashi.
-Tranquila Taka...Ella tiene motivos
para estar así...Ella pensó que yo estaba muerto...así que...
-¿Y quién es esta tía? -Preguntó
Nakaru dando vueltas alrededor de ellos mientras se rascaba el mentón
y miraba a la muchacha con cara de confusión.
-Ella...Era mi prometida.
-¿COMO? -Se preguntaron los
hermanos con gran sorpresa.
CONTINUARÁ
CONTINUARÁ
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